Pasando el rato en Instagram, me he topado con el vídeo de un emprendedor al que habían hecho un reportaje para la televisión. Mi ego ha fantaseado con la idea de que un día fuera yo la que saliera en un programa de la tele…
Cuando me he detenido a escuchar su historia, éste explicaba que se sentía decepcionado por el trato que había recibido su profesión. Consideraba que los periodistas se habían limitado a dar titulares sensacionalistas y que no se habían preocupado en entrevistar a expertos que avalaran lo que él ofrecía.
Su testimonio me ha recordado este cuento, quizás tú lo conozcas. He escuchado varias versiones, ésta es la que mejor recuerdo y te la comparto.
Ya se verá, ya se verá
Un granjero tenía sólo un caballo. Un día el caballo se escapó.
Todos los vecinos llegaron diciendo, “Lo siento tanto. Esta es una muy mala noticia. Debes de estar muy molesto”. El hombre simplemente respondió, “Ya se verá”.
Unos días después su caballo volvió con veinte caballos salvajes. El hombre y su hijo metieron a todos los caballos en el corral.
Todos los vecinos llegaron diciendo, “¡Felicidades! Esta es una muy buena noticia. Debes de estar muy feliz”. El hombre simplemente respondió, “Ya se verá”.
Uno de los caballos salvajes tiró al único hijo del granjero, rompiéndole la pierna.
Todos los vecinos llegaron diciendo, “Lo siento tanto. Esta es una muy mala noticia. Debes de estar muy molesto”. El hombre simplemente respondió, “Ya se verá”.
El país entró en guerra, y todo hombre joven y en buena condición física fue reclutado para luchar. Pero el hijo del granjero se salvó, ya que su pierna rota evitó que fuera reclutado.
Todos los vecinos llegaron diciendo, “¡Felicidades! Esta es una gran noticia. Debes de estar muy feliz”. El hombre simplemente respondió, “Ya se verá”.
Esta es una mala noticia
Cuántas veces te has sentido decepcionado por no tener lo que querías y con el tiempo has pensado…»menos mal que no sucedió«. O viceversa, anhelabas tanto algo que cuando finalmente lo conseguiste pensaste… «en qué lío me he metido»….
En una formación de Mindfulness una buena compañera sevillana lo bordó cuando dijo, «gracias a la vida por darme lo que necesito, y no siempre lo que quiero«. Así que la próxima vez que te sientas decepcionado o eufórico por lo sea que te haya pasado, recuerda este cuento y repite para tus adentros… YA SE VERÁ, YA SE VERÁ. Vivirás más tranquilo.
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